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PASAR LA FRONTERA

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                                                       De Josefa Carmen Fernández Garzón

                                                          Publicado en  “ EL VIGIA DE TIEERA.”

   Pasar la frontera supone mucho más que atravesar una línea ficticia marcada por los hombres. Pasar la frontera hacia Marruecos es cambiar de dimensión. Allí está el tiempo parada esperándote.

   Atravesamos el umbral de la kabila y sentimos paz. Nos descalzamos y entramos en una habitación rectangular pintada de azul. Solo hay una mesa baja y mantas en el suelo cubierto de esterilla. Nos sentamos alrededor de la mesa. El mundo parece girar en torno a ella. Hay manjares en abundancia : aceitunas, pan, granadas, dulces…Somos príncipes ricos y bien acompañados. Si nos inclinamos un poco podemos ver pasar una nube, cómo el cielo va adquiriendo diferentes tonalidades. Los niños son felices. Yasmina me coge de la mano y pronuncia constantemente mi nombre. traduce todo lo que yo le digo con sólo cinco años y su compañía es un regalo del cielo. Bilahl, el pequeño de cinco meses se porta bien.

   Yo no soy una más. Soy la extranjera que llega, la que hoy crea expectación en la aldea a siete kilómetros de Segangan. Paso por ser una inculta a sus ojos, pues no sé descalzarme. no sé comer con tres dedos, no sé hablar su lengua. Me he esforzado por hacer todo bien y he aprendido algunas palabras: Marra isbeh y tanfik se ríe porque siempre digo la misma frase. Damos un paseo hasta un marabo.

   podría ser Dilar. Podría ser la Alpujarra. Los hombres trabajan en el campo pero cuando llega la hora del té alguien los lleva hasta allí, los vasos, la bandeja, preparados con primor. Todo se detiene. El tiempo se ha sentado en una roca a esperarlos.

   El paisaje es agreste. Montañas peladas y oasis. Torrentes y pinchos,palmeras y piedras pedregosas. Un árbol  centenario y un manantial señalan la presencia de Dios. El está siempre y eso me reconforta.

   A la vuelta, la Mar Chica. Atalayón, lo vislumbro a lo lejos, envuelto en la noche. Lo intuyo, lo recuerdo. Algo late en mi corazón cuando se despierta el recuerdo dormido.

   Ya no soy la extraña. Ya  soy una más. Montamos en el vehículo con la expectación que crea la partida para los que se quedan. Se me saltan las lágrimas – lainiz – digo, y los niños corren hasta desaparecer en una nube de polvo.

   De regreso, en la frontera, un policía joven destinado a estas tierras nos interroga. Quiere ejercer su autoridad , pero perplejo por la extraña mescolanza de los ocupantes del coche no sabe qué relación establecer. Mitad autoritario, mitad despistado, viene por vez primera a un destino difícil. Nos queda tanto por aprender….

4 Comentarios

  1. José García Jiménez
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    Buenas tardes Pepe Luis: El relato de Josefa Carmen me dió
    una fuerte sacudida de mis vivencias, de mi ya lejana niñéz
    allá en Setolazar. Cuando leia me llegaban los aromas de una
    kabila: Del perro que ladra, niños que corren entre gritos y
    risas, todo un mundo de chumberas con la flor primaveral en
    el fruto, madurando al sol del mediodia rifeño.
    Pepe Luis, los sentimientos son lo que son, tú lo sabes muy bien, y eso es innegociable. Recibe un fuerte abrazo solidario de tu paisano José Garcia

  2. Pepe Luis Zapata
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    Buenos días José García: Digno representante de Setolazar. Veo que coincidimos en valorar muy positivamente el sugerente y emotivo relato de Josefa Carmen. Me produce una inmensa alegría el comprobar, que aumenta el número de personas y sobretodo la sensibilidad y admiración por una tierra el Rif y sus nobles y altivos habitantes.
    Como nacidos allí, seguimos atados amorosamente a un imaginario y no hemos cortado el cordón umbilical que nos une a nuestros origenes.
    Recibe una vez más un abrazo solidario de tu paisano Pepe Luis Zapata

  3. José García Jiménez
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    Buenas tardes Josefa Carmen: Que relato tan maravilloso¡¡¡
    cuantas sugerencias plenas de matices,con una riqueza expresiva y de una belleza cuasi rifeña¡¡¡.
    Maravillosa la descripción y el sentimiento que haces de tu
    estancia en una kabila.Recuerdo haber asistido a bodas,
    bautizos…y desde siempre guardo en mí, ese sentimiento,
    ese perfume, la fuerza de la sencillez de las buenas gentes
    de nuestro querido y recordado Rif. Gracias por haber estado allí. Recibe un cordial saludo de uno de Setolazar.
    José García

  4. Pepe Luis Zapata
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    Buenos días Josefa Carmen: Haces una buena descripción del mundo que te rodea y practicas la empatía, hermosa palabra que poca gente usa.¡Qué gran verdad! en apenas unos kilómetros el primer mundo y el tercero se juntan. La opulencia y la pobreza, pero los rifeños vieron en tí a una persona próxima,sensible y eso dice mucho de tí.
    Recibe un cordial saludo de un nadorense en tierras catalanas. Pepe Luis Zapata.

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